Y sus lágrimas se funden con su piel. Ya no le queda más por derramar, ya no tiene fuerzas solo tiene ganas de desaparecer o dormirse, y al despertar darse cuenta que todo era una pesadilla.
Siempre pensó que a ella eso nunca le pasaría, pero ya ves, nunca se sabe lo que te espera mañana...
Veía a la gente llorar y les decía que no valía la pena llorar por alguien que dejaba caer esas preciosas lagrimas de sus ojos, que esta vida solo se vive una vez y que no tendría por que llorar por eso, si no reírse y disfrutar por que se pasa rápido y después te arrepientes de no haberla vivido al cien por cien.
Pero ahora, es ella la que llora, la que se ha metido en ese amargo túnel donde no ve el fin sin nadie que le ayude.
Que irónico todo, ¿no? Primero intenta ayudar a la gente en algo que no le ve para tanto y ahora que lo vive ella no ve la salida.
No se pregunta cómo puede salir, como pudo ayudar a la gente... Ella se pregunta cómo pudieron salir los demás.
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