domingo, 22 de agosto de 2010

Ilusa

Un día, de esos tantos que pasan desapercibidos en mi vida, apareciste en mi casa como si no tuvieras nada más que hacer esa tarde.

Me dijiste que solo pasabas por delante de mi casa y que te apetecía verme, saber cómo estaba ya que no te daba señales de vida en todo este tiempo. Yo, me quede perpleja en la puerta (parecía una estatua de esas que se ponen en las ramblas de Barcelona) y ni si quiera te invite a pasar más allá del recibidor (¡no te lo merecías después de todo!).

Nos quedamos en un incomodo silencio y yo, tan lista como siempre, no se me ocurre otra cosa que decir:

- “Intento recordar nuestro último beso, pero por más que lo intento, no puedo recordarlo…”

Entonces me miraste, sonreíste y me dijiste que ya nos veríamos en otra ocasión.

Al ver que abrías la puerta para irte, di media vuelta dirección a mi cuarto.

- “Fue un Martes por la tarde – dijiste – estábamos los dos en la cama. Llevabas ese jersey de color fucsia que tanto me gusta, te olía el pelo al champú del que nunca me acuerdo de que frutas son y te echaste el perfume que yo te regalé para tu cumpleaños. Nos quedamos dormidos sin querer, abrazados como si de una persona sola se tratara. Entonces fue cuando me sonó el móvil y tuve que salir corriendo por qué llegaba tarde. Te acercaste a mí, me cogiste la cara con las manos, con ese cariño y cuidado que tú solo sabes, y me diste un beso pequeño en los labios.
Fue un beso rápido, fugaz, como si hubieran mil mas después de ese, como si lo fuéramos ha hacer toda la vida.”

Inconscientemente me salió una sonrisa de alegría y placer a la vez, al ver que lo explicabas con tanta dulzura y que te acordabas como si de ayer se tratase.

No sabía que decir.

- A frutas rojas.

- ¿Qué? – me preguntaste.

- El champú, frutas rojas.

Me miraste a los ojos y me acariciaste suavemente la mejilla mientras me decías al oído “Que pena que todo se haya acabado” y antes de marcharte acariciaste tus labios con los míos.

Sabía que en mucho tiempo no te volvería a ver y desde ese momento ya sé que responder a la pregunta: ¿Si fuera hoy tú último día en la tierra, como querrías pasarla?

¿Mi respuesta?, contigo.

domingo, 8 de agosto de 2010

¿Por qué?

A veces tienes un pequeño colapso en la cabeza y no sabes bien como expresar tus sentimientos, y la mayoría de las veces lo hacemos de la peor manera que podemos.

Quizá por eso a veces escribo cosas sin sentido, que solo entiendo yo o que son muy sentimentales, porque es la única manera que tengo de “desahogarme”. Encuentro más fácil escribir lo que pienso y siento que decirlo a la cara a la gente (sobre todo si se trata de un sentimiento muy fuerte o no le tengo suficiente confianza como para que no me dé vergüenza…). Me pueden decir cobarde o que no afronto los problemas a la cara, pero prefiero hacer esto que no ir diciendo cosas que no siento.

He llegado a la conclusión de que los humanos somos la especie más idiota de todas. Que ¿por qué? Por el simple hecho de no saber decir las cosas que sentimos, por miedo a que nos rechacen.
Por ejemplo, a mucha gente le cuesta decirle a otra que la quiere y siempre que se propone decírselo, acaba diciéndole totalmente lo contrario, es decir, que le odia. Yo me incluyo en ese grupo de personas, por ese motivo he llegado a perder tanas cosas. Pero a la vez si dices lo que piensas, también puedes llegar a perder…
¿Entonces en qué quedamos?

Asco

No, la verdad es que esta super bien la gente que tiene dos caras. Si, a sí si te cansa de una puedes optar por coger la otra y si te hace menos pesado el estar con esa persona...
¿Lo malo de estas personas?, que no sabes cuando es realmente el verdadero, no sabes si se esta haciendo el simpático contigo por que le caes bien o simplemente por que es un falso de mierda.
Este tipo de gente es la que abunda y yo estoy rodeada de ellos. Me dan rabia, por qué parece que quieran caer bien a todo el mundo por alguna razón que nunca entenderé o simplemente por que son así de falsos...
¿Tanto cuesta ser sinceros y si alguien te cae mal no ponerle buena cara?, nadie esta diciendo ser mal educados (que se puede decir hola y adiós ...) pero eso de decirle a la cara que es lo mejor del mundo y después ponerlo a parir, la verdad es que muy bien no lo veo.

Después están las típicas personas que no tiene cara, es decir, son falsas con todo el mundo.
Son esas que hablan con persona X, poniendo a parir a Y, y que con Z critica a X e Y... personas poco creíbles y un muy odiadas.
Y por acabar, están esos que dicen una cosa y ponen a parir a la gente, y después, se tragan sus palabras por que te "abandonan" y se van con esos a los que tanto a criticado.

Gente falsa = Me dan asco

miércoles, 4 de agosto de 2010

Te odio


Te odio como nadie en este mundo te odiara. Te odio como no se puede odiar a nadie mas... ♪

martes, 3 de agosto de 2010

Dos maneras

Quieras o no, las cosas cambian. Yo esos cambios los clasifico en dos apartador: los bruscos y los que apenas te das cuenta.
Estos últimos son los que menos duelen por así decirlo, ya que como son cambios tan lentos, hasta que no miras para atrás no te das cuenta. Pero después están esos cambio bruscos, esos son los que duelen y joden a no poder mas. Creo que estos son lo que nos hacen madurar y cambiar nuestra forma de ver la vida.
Cambian en horas, días o semanas (una o dos como máximo), por eso joden, por que son cambios inesperados ejemplo: el que alguien te deje de hablar, el perder a tu amor o a un amigo.
Pero como todo, puede que en vez de malo sea algo perfecto. Puede que el cambio a largo plazo te mejore o que le brusco sea convertirte en multimillonario.
Pero estos apenas los contamos, por que son cosas buenas y solo pensamos en disfrutarlas, no en contarlas.

lunes, 2 de agosto de 2010

Mi caja

Y tengo debajo de mi cama una caja, pequeña pero mía, donde me dedico a guardar todo lo importante que tengo. Es como una caja del tesoro, pero solo mía.


Hacía tiempo que no la abría, pero el otro día creí necesario hacerlo.
Al abrirla me empece a reír, por que lo primero que encontré fue el diario que tenia compartido, a los 8 años. Empecé a leerlo y solo eran cosas de niñas, tonterías que a esa edad le das mucha importancia. 
También encontré tropecientasmil fotos de todas las excursiones que hice con mis amigos, un pétalo de rosa que me regalo mi mejor amigo de la infancia, una camiseta que me hicieron los niños cuando me fui del colegio, cromos y una carta de amor que me dio un anónimo (hace 5 años de esa carta y aún no sé quien me es ese niño).

Hoy he metido: un dibujo de la torre eiffel que yo misma dibuje (aun día que me aburría a las 4 de la mañana), fotos que me recuerdan buenos momentos, alguna que otra nota de clase (esas típicas que se hacen entre amigos), postales, cartas de amigos lejanos... También he guardado algún beso, momentos especiales con él, palabras, miradas y silencios. Pero lo que sobre todo e guardado, son esos bueno momentos con ELLOS: las risas, lloros y alegrías que no puedo materializar.