No quiero el
típico Romeo que me regala flores y bombones (no me gusta como
huelen y los bombones engordan), ni el
típico pancho que pasa
directamente de regalarte algo. Me gusta ese que te trae el
desayuno a la cama los
sábados cuando no te
apetece levantarte, ese que se tira encima tuyo y empieza a hacer

te cosquillas cuando estas mirando la
tele, el que cuando menos te lo esperas te tapa los ojos y te da un beso. Quiero un hombre que se pique conmigo, que me diga lo orgullosa que soy, lo borde que llego a ser y lo mucho que me quiere. Que me diga lo fea que estoy al despertarme, que cuando me quede dormida me
lleve hasta la cama en brazos. No quiero que me lleve a restaurantes refinados, prefiero un concierto y burger, que me acompañe de compras y opine sobre lo que me queda bien y lo que me queda mal, que me llame antes de irse a dormir, o que me deje en paz cuando estoy tan cabreada que no soporto que nadie me hable. Me encantan esos que te lo ponen difícil, los complicados... no eso que abres la palma de la mano y los tienes comiendo a los 2 segundos... Odio aquellos que lo quieren todo perfecto, que parece que se tenga que seguir una guía, que son iguales que la película de amor que tanto te gustó... Quiero uno que sea torpe, que me haga reír cuando al caga, que rompa platos, que se le queme la comida cuando quería preparar una cena sorpresa y acabemos comiendo comida rápida. No es nada, pero a la vez lo es todo...
(Seguro que me dejo algo, pero esto es lo primero que me acuerdo... ya ire poniendo cosas)